Pero yo, por tu gran amor
puedo entrar en tu casa;
puedo postrarme reverente
hacia tu santo templo.
Señor, por causa de mis enemigos,
dirígeme en tu justicia;
empareja delante de mí tu senda.
Para más estudio: Filipenses 2:5-16
DESAFÍO: Aparte las primeras y últimas horas de tu día para magnificar al Señor. Medita en la Palabra del Señor y humilla a permitir que su verdad se convierta en tu nueva actitud.
Lectura nocturna: Juan 2
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